¿Y si la luz de nuestras bombillas pudiesen transmitir datos a alta velocidad? LiFi quiere hacerlo realidad.

 

Todos conocemos la tecnología WiFi. Pero desde 2011 esta idea lleva gestándose en los laboratorios… Conseguir que la luz sea un medio de transporte para datos abre nuevas perspectivas de futuro para la telecomunicaciones.

Esta tecnología siempre ha estado supeditada a su corto alcance y obligación de tener dichas bombillas transmisoras de datos encendidas. Pero un nuevo paso en la investigación ha conseguido suplir el problema de esa obligatoriedad.

Los infrarrojos, una vía de comunicación vieja que revive con más fuerza que nunca.

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Los rayos infrarrojos vienen a suplir el problema de tener siempre las luces encendidas. Ya que transmiten en una longitud de onda de 1.500 nanómetros y el ojo humano no se ve afectado ni percibe tales destellos.

Joanne Oh de la Universidad de Eindhoven ha optado por este método consiguiendo velocidades de hasta 42,8 Gbps con un rango máximo de 2,5 metros. Siguen estando lejos los 224Gbps planeados pero ya demuestra una velocidad 100 veces superior a la actual tecnología WiFi.

El problema de la distancia siempre puede ser subsanado mediante la instalación de suficientes emisores para cubrir el espacio necesario, partiendo de la base que cada uno podría emitir en diferentes ángulos y longitudes de onda. Pero otra de las grandes ventajas de este método es que no requiere de una fuente de alimentación, ya que todo lo necesario surgiría del propio cable de fibra óptica.

La inclusión de esta nueva idea de futuro esperamos que sea factible en los próximos años. Ya que aún existen las barreras de la implementación de los fotodiodos receptores en los dispositivos, seguridad de las conexiones e instalaciones de dichos emisores. Pero sería muy interesante no depender de contraseñas para que la información fuese segura dependiendo de la habitación o fuente de luz en la que te encontrases o fuese la reunión . ¿Verdad?